Uno menos

22/05/2018 @Mariluzsanchez

El Real Zaragoza suma una nueva victoria y enfrenta los últimos dos partidos de la liga regular con el objetivo de afianzar su plaza en play off para luchar el ascenso

La Romareda es el camino, el principio y fin de todos nuestros desvelos. El domingo volvió a ser inexpugnable para el Albacete, los encargados de echar los cerrojos fueron Papu y Zapater, los goles los volvió a poner la afición.

En el minuto diez ya se hizo patente la propuesta del equipo para desmontar la línea defensiva manchega. Borja abandonó el protagonismo en punta para ejercer de asistente y en su espacio entraron como flechas Pombo al centro y Papinashvili en la derecha que recibió el balón, se lo acomodó a su maravillosa zurda y lo alojó en el fondo de las redes.

La tarde amenazaba tormenta y Zozulya, tras realizarle falta a Verdasca, puso los truenos en el cielo gris del zaragocismo. Después de la mala noche de lunes en el Carranza la sombra del miedo a quedar ahogados en la orilla sobrevoló el ánimo maño. Pero en esta ocasión contábamos con el mejor animador posible, Giorgi Papinashvili fue la alegría en el juego zaragocista y en la grada. En el minuto veintisiete coronó otra magnífica jugada de Lasure y Pombo.

Con la ventaja de nuevo en el marcador la maquinaria zaragocista funcionó como debe y sirvió para que Zapater se liberase y pisase área rompiendo la línea de fuera de juego del Albacete para hacer el tercero de la tarde. Sólo ahí se relajó mínimamente el rictus del zaragocismo que se sabe con un largo trecho por recorrer todavía.

A la vuelta del descanso y dentro de las costumbres adquiridas en esta temporada el protagonismo fue para Cristian Álvarez puesto que bajó la intensidad y retrocedieron las posiciones del equipo. Pero de nuevo el mago Papu salió completar su hat trick al finiquitar la carrera de Pombo ganándole la espalda a Chus Herrero.

Los últimos minutos fueron para la ovación al georgiano y para una todavía mayor que debió recibir Alberto Benito por el tremendo esfuerzo que hizo, a pesar de su lesión, para cubrir la banda tras la expulsión de Delmás en Cádiz.

El cuatro a uno habla por sí mismo. Contundencia y eficacia. La necesaria, la imprescindible para las batallas que nos esperan. El juego no fue excesivamente brillante y el cansancio empieza a descubrirse en las piernas de los jugadores pero la balanza se equilibra con los detalles de oro y diamantes que tienen jugadores como Papu, Pombo, Lasure o Borja en sus pies.

La chispa adecuada para hacer arder toda una ciudad. Con tanto ruido y sin tanto también llegamos a la penúltima final de una temporada que dábamos por terminada en diciembre y que ahora no quisiéramos despedir hasta bien entrado junio. Se puede, se quiere, se debe.

*Foto: realzaragoza.es