Mate Bilic ficha por el RNK Split...

Una foto, con un apretón de manos, se extendió por las redes sociales como la pólvora a primera hora de la tarde de este jueves. En la imagen, Mate Bilic posaba sonriente con su nueva camiseta, la del RNK de Split, un equipo en expansión y que ahora mismo tutea al Hadjuk, su antaño todopoderoso vecino y en la actualidad un equipo más, con recursos de posguerra, que trata de sobrevivir como puede a una de las peores crisis de su historia.

«Gracias a todos por vuestros mensajes de felicitación. Espero que todo salga bien en mi nuevo club. Os echaré de menos. ¡Puxa Sporting!», escribió el futbolista balcánico a media tarde en su cuenta personal de 'Twitter', en respuesta a los múltiples mensajes que le habían llegado desde que se confirmara la noticia de su fichaje por dos temporadas por el RNK.

En un principio, Bilic, que disputó 211 partidos con la camiseta del Sporting en los que marcó 59 goles, tenía previsto tomarse su tiempo para desmenuzar las distintas opciones que se le planteaban para continuar con su trayectoria. Pero, al final, la posibilidad de regresar a casa, a su ciudad, a un equipo en crecimiento, con una estructura sólida, ha pesado más que cualquier otra alternativa. También la filosofía del RNK, un club centenario con una propuesta para pelear por entrar en Europa, y que le permitirá disputar junto a los suyos los que posiblemente serán sus últimos años como profesional.

Hacía casi doce años de la marcha de Bilic del fútbol croata, curiosamente del Hajduk, para desembarcar en la Liga, en el Zaragoza, a finales de 2001. Su llegada a España coincidió con un fatal acontecimiento. El delantero, que por aquel entonces tenía 20 años y por el que el conjunto maño había desembolsado unos dos millones de euros, ya se encontraba en Zaragoza cuando las dramáticas imágenes del 11-S daban la vuelta al mundo. «Me lo dijeron allí y es algo que no olvidaré», comentó el croata durante una conversación que mantuvo con EL COMERCIO en 2011, en vísperas de su visita, diez años después, a La Romareda.

El delantero de Split, de 32 años, manejaba varias propuestas de Segunda División y también del extranjero, de países como Grecia, Chipre y Austria, que ya conocía de su etapa en el Rapid de Viena. En el último mercado de invierno también tuvo un ofrecimiento de un equipo Arabia Saudí, una opción que rechazó para cumplir íntegro su último año de contrato con el Sporting.