¿Qué le pasa al Real Zaragoza?

11/03/2013 @xopozaragocista

22 de diciembre de 2012. Un Real Zaragoza solvente y eficaz, gana por 0-2 al Athletic Club en San Mamés. Una muy buena primera parte y una segunda donde el conjunto blanquillo estuvo muy serio en defensa, despertaron los elogios de la afición y dio a entender que esta temporada no iba a sufrir tanto. Pero en el 2013 todo ha cambiado. Los maños son el único equipo de Primera División que aún no ha conocido la victoria y suman solamente cuatro puntos de 30 posibles.

El pasado lunes el Real Zaragoza consiguió ante el Granada un paupérrimo punto que no soluciona absolutamente nada. Con este resultado, el conjunto maño ya acumula 10 partidos consecutivos sin conocer la victoria. Además, es el único equipo de Primera División que todavía no ha ganado en este 2013. Solamente cuatro puntos de 30, una cifra muy preocupante y peligrosa, capaz de llevarse a cualquier entrenador por delante.

Siendo que el Zaragoza finalizó 2012 con un equipo serio, un bloque compacto, un estilo y unas ideas de juego muy claras, ¿por qué ha dado tal bajón y está atravesando semejante  bache? Parece que hay pocas explicaciones. Sin embargo, la mala racha tiene su sentido si atendemos a una serie de acontecimientos concatenados que han mermado de cierta manera el orden y la constancia que la plantilla había encontrado de una vez por todas.

Bajas inesperadas

Puede sonar a excusa, pero la baja de varios hombres en determinados partidos ha influido en el rendimiento del equipo. Entre sanciones tontas y lesiones inesperadas, algún puntal que otro del once inicial ha dejado de jugar encuentros en los que el equipo ha acabado pagando su ausencia. Álvaro es uno de los ejemplos más claros. El central santanderino es muy impetuoso y ha recibido varias tarjetas perfectamente evitables (incluida una roja ante el Betis, con sanción de dos partidos). Loovens lleva ya dos lesiones de rodilla, lo que le ha impedido disfrutar más de 800 minutos de juego.

Pero una lesión de larga duración que parece haber influido sensiblemente al conjunto blanquillo es la de Franco Zuculini. El argentino comenzó la temporada en el banquillo, pero Jiménez comenzó a utilizarlo de revulsivo en el centro del campo y funcionó a las mil maravillas. Zuculini, a pesar de tener un nivel técnico pésimo, imprimía carácter a sus compañeros y daba consistencia a la parte central del equipo. Ahora se echan en falta sus acometidas, su valentía y atrevimiento particular,  al igual que sus ganas inacabables y el derroche físico que ofrecía.

Poco fondo de armario

En numerosos envites se ha demostrado que el Real Zaragoza tiene pocas posibilidades en el banquillo. Algunos jugadores llegaron como presumibles titulares pero aún no han demostrado nada. Hablamos de los Wílchez, Romaric, etc. El caso de costamarfileño es sangrante.  De la CAN llegó más en forma y dispuesto a redimirse, pero contra la Real Sociedad volvió a fracasar. No sólo eso, sino que se lesionó de nuevo pocos días después. Para Sevilla vuelve a estar a disposición del preparador zaragocista, aunque veremos si sigue confiando en él.

En el centro del campo no hay jugador que tenga características similares a Apoño. El único que se le asemeja un poco es Babovic. El serbio apenas ha disfrutado del olor del césped este curso. Jiménez le está dando alguna oportunidad que otra en los últimos envites por la baja del malagueño. Babovic no ha respondido mal, pero ni de lejos es capaz de echarse a sus espaldas el peso del juego de los blanquillos.  Además, la baja de Aranda tras su marcha a Granada en el mercado de invierno se está notando en demasía. El andaluz siempre era el revulsivo y congeniaba perfectamente con Postiga. Hasta que se hartó de ser un simple actor secundario.

Javi Álamo, justo cuando más minutos y experiencia iba adquiriendo con cuenta gotas, se lesionó en la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey en el Sánchez Pizjuán, quedando apartado para toda la temporada. Wílchez sigue ausente, mientras que Edu Oriol, primer cambio de Jiménez en la mayoría de los partidos, sigue desechando todas las oportunidades de las que dispone.

Mala planificación en el mercado invernal

Este detalle no puede pasar desapercibido. El Real Zaragoza, tras el escaso fondo de armario que ya se ha descrito y las lesiones de Álamo y Zuculini para lo que restaba de temporada, se vio obligado a reforzarse en el mercado invernal lo más pronto posible. Los directivos aragoneses trajeron a José Fernández, Carmona, Rochina, Bienvenu y Rodri.

No es que los jugadores que llegaron fueran malos y no mejoraran al equipo. Sino que, a la hora de contratarlos, no se atendieron las necesidades que demandaba la plantilla, trayendo a cuatro jugadores de la misma posición. Los únicos que parecen fichajes acertados son José Fernández y Rochina. Pero el centro del campo sigue huérfano, al igual que Jiménez echa de menos ese otro central de garantías que lleva pidiendo desde verano. Nadie duda de los problemas económicos del club, pero hay que recordar que Aranda fue vendido por medio millón de euros y que hasta cuatro jugadores contratados pueden cumplir sus funciones.

Apoño

El malagueño, tal y como ha expresado Jiménez en incontables ocasiones, es imprescindible para este Real Zaragoza. Hablamos de un jugador irregular e inconstante. Pero cuando Apoño está al cien por cien, el equipo lo nota para bien considerablemente. Es el único centrocampista que es capaz de dar algo de juego y mover el balón con criterio. Y es fundamental en las transiciones defensa-ataque. Es más, sin el andaluz los maños no es que no ganen, sino que ni marcan.

Estilo de juego

Pero por mucho que Jiménez eche en falta a su jugador preferido en la zona central del campo, este equipo no tiene una idea clara de juego ni cómo llevarlo a cabo. La escuadra aragonesa está atravesando una crisis de identidad.

Uno de las carencias más importantes es el escaso movimiento de jugadores sin balón, sin pedirlo al espacio y con muy poca profundidad. Hay muy poco ataque posicional. Se evidenció sobremanera ante el Granada. Recibía un jugador blanquillo la pelota mientras el resto se quedaba mirando a ver qué ocurría, sin ofrecer desmarques ni apoyos al compañero. Y en algunas ocasiones, como no encuentra otra alternativa, el Zaragoza se refugia y abusa del balón en largo.

Manolo Jiménez no encuentra soluciones

Lo peor de todo es que el preparador zaragocista no está encontrando, de momento, soluciones a estos acuciantes problemas. Cambió la alineación, otorgándole un perfil más ofensivo poniendo en liza a tres mediapuntas y dejando de lado su trivote tan querido. Pero ni por esas. Se le ve nervioso y preocupado, algo normal por otra parte.

Sin embargo, el de Arahal tiene el respaldo total y unánime tanto del club como la afición zaragocista. Su gesta lograda la temporada pasada le avala para darle más confianza que cualquier otro técnico haya tenido anteriormente. Además, es el máximo exponente del  nuevo proyecto, de este Zaragoza de transición. Siendo que los resultados mandan en el fútbol, Jiménez tiene la posibilidad de encontrar soluciones para dar la vuelta a la mala dinámica del 2013. Si no, ya se sabe quién suele pagar con los platos rotos.

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