Cuentan los crónicas que cuando los romanos habitaban Cesaraugusta hace 2000 años, hacía tal viento que era capaz de tumbar una cuádriga tirada por caballos. Ésta es la razón. El cierzo.
Durante generaciones este maldito viento nos ha estado dando en la sesera. Abuelos, padres e hijos lo hemos sufrido. Y gracias al cierzo, después de 20 siglos de existencia, la raza aragonesa ha llegado a su máximo esplendor, “EL CAINISMO”.
Los cuchillos ya están afilados por aborígenes de esta dura y seca tierra para ensartar con ellos al hijo pródigo que se fue víctima de un acuerdo de venta pactado.
Aragoneses, contra aragoneses, “si te veo mal, yo me sentiré mejor”, éste es el fruto de siglos de cierzo en nuestras cabezas con 3 rayas en la frente.
Ya se huele la sangre, los verdugos se están colocando la máscara y probando la guillotina, será el sábado a las 22:00h y lo verá todo el país para goce del resto de aficiones y escarnio nuestro.
La garulada, la paletada está preparada, de ello se están encargando no los de fuera, nosotros mismos, los aragoneses, pueblo sin memoria capaz de devorar a sus propios hijos.
Cani, hijo del barrio de torrero, dejaste 1.400 millones de pesetas y tuviste que hacer las maletas para traer un argentino, otro argentino una vez más, que o está jodido o está en babia. No nos lo reproches, somos así, aragoneses, aragoneses de pura cepa.
Un saludo y que Dios nos ampare.
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