Real Zaragoza - Levante. Minuto 64. Diego recibe un balón a 20 metros de la frontal, con tres defensas delante. Y en el hueco de piernas otea un desmarque veloz. Una coleta ondea y entre la nube de defensas Diego coloca el balón con la fuerza justa. Sergio acude a la llamada y recoge el balón. Agradece el regalo y lo coloca en el fondo de las mallas. 1-0, partido encauzado.
Esto, que es lo más normal del mundo, no sería más que una anécdota si uno no leyera el foro donde (al parecer) hay que ser de uno o de otro jugador.
Este año Sergio García tiene el santo de cara y a pesar de fallar algún que otro gol claro, lleva 3 partidos seguidos marcando gol. Además su juego sigue siendo igual de importante gracias a los desmarques, pases y verticalidad. Algo que ya tenía el año pasado y que permitió obtener la mejor versión de Diego.
Diego está igual de participativo que el año pasado, aunque en el remate ha de afinar la puntería. Sin embargo está participando más en los metros finales, no limitándose a aparecer en boca de gol. El miércoles le puso dos balones maravillosos a Oliveira y ayer le puso otro a Sergio.
Ambos me parecen excepcionales jugadores. De estilos distintos pero perfectamente compatibles. Y yo lo siento. No me puedo quedar con papá o con mamá. Me quedo con los dos.
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