En vez de un profesor universitario y un constructor ávido del PAR póngase un heredereo de empresa de colchones.
En vez de un entrenador despedido, dos dimitidos y acabando con uno de la casa, póngase un despedido, otro dimitido de la casa y finalmente otro que sólo era un bocas.
En vez de dos delanteros de primer nivel, póngase uno que volvía para una segunda etapa.
En vez de un secretario técnico incapaz y un director deportivo más aún, póngase tan sólo el secretario técnico incapaz.
En vez de quedar eliminados por un equipo griego, póngase un equipo polaco.
En vez de un portero de la casa querido por la afición, póngase un chico-para-todo de la casa querido por la afición.
Pero el resto es igual. La trayectoria, la sensación, la dejadez, la desesperación de la afición que ve cómo semana tras semana somos los únicos que cumplimos.
Y, aunque ojalá me equivoque, el resultado final será el mismo. Partidos los domingos a las 12 de la mañana, cerrojazos del Poli Ejido, ínfima calidad y pésimos encuentros.
¿Subirán de nuevo el abono?
Y una última pregunta, sólo una. Agapito, Bandrés, Pardeza, Herrera: ¿Ha compensado la subasta de Gaby MILITO?
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