DE QUÉ CALLADA MANERA

Joven, tímido, trabajador y profesional. Podría ser la descripción de cualquier joven que lucha hoy en día por hacerse un hueco en el escaso mercado laboral de nuestro país. Lejos de los focos y de los titulares, lejos incluso de los ojos propios (no digamos ya de los ajenos), habita un jugador que sobre el campo derrocha honestidad, trabajo, sacrificio y talento a partes iguales.

No es mediático, no es estético y para muchos ni siquiera es un buen jugador. Alberto Zapater se ha hecho un hueco en un Zaragoza plagado de talento.

A base de trabajo y de recuperación, de humildad y calidad. Tanto de todo que hasta Aimar (jugador estrella) reconoce su valía y lo considera imprescindible.

Y mientras Alberto no alza la voz. Sigue corriendo, recuperando y peleando. El chaval que vino de Ejea es la base sobre la que se asienta este equipo y la energía que hace brillar la luz de otros.

A él no le importa este papel.

Aunque se sabe preparado para más cosas.