Si tienes que escribir la crónica de un partido y el hecho de que desconozcas lo que sucedió durante un tercio del mismo es irrelevante, es que algo no marcha bien. Hay un problema. Y no me refiero al que tenía el dueño del bar para contratar el PPV y que a pesar de depositar nuestra confianza en él, a la media hora decidiésemos buscar otra tasca con televisión. No, eso da igual, me estoy refiriendo al silencio espeso que se mezclaba con el humo en el local, las ancianas miradas escépticas, el mohín decepcionado, tantas sensaciones y ninguna buena que flotaban en el ambiente.
Que suene La Albada de José Antonio Labordeta en Santander y la gente la respete y la aplauda, tiene que levantar el espíritu de cualquiera. El nuestro estaba en pie desde la madrugada. Luego, cuando ves a Leo Franco, Contini, Jarosik, Diogo, Obrádovic, Edmilson, Sinama Pongolle, Nico Bertolo... te preguntas, ¿y quién le va a dedicar un gol?, ¿Lafita?, ¿Ander?, mientras en el interior la desazón de pensar ¿qué saben ellos de lo nuestro?. No se por qué, pensamos en el capitán, en Gabi, y un gol suyo como mejor homenaje, él que es de Madrid, pero es que igual no es una cuestión de banderas si no de carácter.
Cierto es que hubo gol de Gabi, tan cierto como la inexplicable falta -o agresión- que sancionó el colegiado a Ander Herrera y dejó sin validez el soberbio zurriagazo del Sr. Fernández. De la misma dudosa honestidad que los innumerables fueras de juego... Bueno, innumerables tampoco, dos o tres, que no era cuestión de desgastarse al contragolpe, ni tampoco en la elaboración, ni en defensa. El objetivo de los chicos de Gay ayer parecía ser no cansarse demasiado. Había rumores de que se pudiese anular el encuentro por incomparecencia del Real Zaragoza. ¿Dónde andaban?. Metidos en el partido desde luego que no.
Encerrados atrás, replegaditos sobre los dominios de Leo Franco -el mejor del equipo-, observaban los leoncitos la escasa calidad futbolística, las limitaciones técnicas del Racing de Santander, que a fuerza de voluntad les iba ganando terreno a unos jugadores que en el minuto 70 ya habían bajado los brazos y la mirada. Si es que en algún momento los levantaron. Parece que sí, que la salida de Boutahar y Pintér, nuevos en el gallinero, daba algo de vidilla, incluso hubo quien se pidió otra cerveza para celebrar los buenos augurios que presagiábamos... Nada. Tristeza y cabeza gacha incluso antes de encajar los dos goles consecuencia de terribles fallos defensivos. Cuando vimos a Marco Pérez sólo delante del portero hubo quién exclamo "¡no lo va a meter!". No era mala idea, ni recochineo, era la voz de la experiencia de un optimista bien informado.
Con un centro de campo desdibujado, un ataque romo y una defensa inconsistente es difícil creer en este equipo. Si ni siquiera José Aurelio Gay mantiene la fe y el ánimo, ¿qué será de nosotros, pobres mortales?... Será que seguiremos, será que no reblaremos, será que somos polvo, niebla, viento y sol sobre el desierto de La Romareda.
Busca buen asiento en la grada del cielo, Labordeta, que seguro que la cosa mejora. Hasta siempre.
Ficha del partido (diario as):
Racing de Santander: Toño; Francis, Henrique, Torrejón, Cisma; Kennedy (Rosenberg, min 65), Colsa (Diop, min 72), Tziolis, Arana; Munitis (Adrián, min 72) y Ariel.
Zaragoza: Leo Franco; Diogo, Jarosik, Contini, Obradovic; Edmilson (Pinter, min 60), Gabi; Lafita, Ander, Nico Bertolo (Boutahar, min 60); y Sinama (Marco Pérez, min 75).
Goles: 1-0, min 71. Henrique. 2-0, min 90. Ariel.
Árbitro: González González (comité castellano-leonés). Mostró cartulinas amarillas a Sinama, Jarosik, Ander y Edmilson por el Zaragoza y a Colsa por el Racing.
Incidencias: Partido de la tercera jornada de la Liga de Primera División, disputado en los Campos de Sport de El Sardinero ante 13.475 personas. Se guardó un minuto de silencio en memoria de José Antonio Labordeta.
Anjuel&Salduie
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