El Real Zaragoza vence en el Sadar por 0 a 1
DONDE NADIE QUERÍA IR.
De todos los desplazamientos que uno a lo largo de su vida va a haciendo, siempre hay alguno que por una razón u otra te marca. Sin duda los 60 aficionados que se desplazaron el 10 de Febrero de 2015 a Pamplona tendrán esa fecha grabada a fuego en su historial zaragocista.
El ambiente era extraordinario desde la subida al autobús a las 4 de la tarde en Asín y Palacios. Se sabía que era un viaje rápido, llegar a Pamplona, ir al campo, ver el partido, volver al autobús y a casa. Por eso, desde el minuto 1 de la subida al bus, comenzaron los cánticos, que fueron in crescendo durante los 180 Km de la ya más que conocida AP15 dirección Pamplona. Gente de todas las edades, de distintas peñas, colectivos, aficionados de a pie etc etc, unidos por un sentimiento, por unas ganas increíbles de hacer algo grande. Era el día y todos que iban en ese autobús lo sabían.
Se llegó al Sadar sobre las 6:30 h de la tarde. Una perfecta sincronización de los cuerpos de Seguridad nos llevó sin ningún incidente al Sadar. Allí, la grada alta visitante nos esperaba. La noche era fresquita, pero nada que ver con el ambiente gélido que se presumía. Todo lo contrario. Salió el Zaragoza a calentar y las gargantas comenzaron a animar a los nuestros. El público navarro miraba atónito, porque sólo se oía a la afición maña. Nuestros jugadores lo sentían. Hacía muchos años que los nuestros no sentían ese calor en el Sadar.
El climax llegó a los 40 minutos de la primera parte con el golazo de Galarreta. Muchos de los allí presentes con numerosas visitas al estadio pamplonica, jamás habían llegado a celebrar un gol. La explosión de júbilo fue apoteósica. Pero quedaba lo más difícil, mantener el resultado.
Borja la tuvo, pero no podía ser todo tan fácil. Los últimos minutos fueron una pesadilla. Cada balón que se acercaba al área, era despejado además de por la defensa por los 100 aficionados que veían como el reloj apenas corría.
Por fin llego el final del partido y la alegría se desbordó. Abrazos, lloros, risas, y sobre todo una inmensa sensación de bienestar, de saber que se había hecho algo grande, muy grande. Un partido que nunca se debió haber jugado el martes, si no 9 días antes, pero que los que estuvimos sabíamos que no podíamos dejar solos a los nuestros y juntos ganamos. Sin duda alguna. Es un dicho el decir que la afición llevó en volandas al equipo, pero los que estuvimos ayer en el Sadar, sabemos que esta vez sí fue así. Que el equipo nos sintió y nos notó, y fuimos uno más. Juntos chutamos con Galarreta, juntos despejamos con Vallejo, juntos cortábamos los balones con Basha, juntos ganamos.
Por eso, el 10 de Febrero de 2015, la afición estuvo ahí. Donde nadie quería ir, donde nadie pensaba que pudiera salir un autobús organizado, ahí estuvimos. Orgullosos de organizar desde esta humilde página web el viaje con nuestros amigos de la peña Presentes por el Escudo y Garrapinillos. Pasarán los años, y seguro que volverán tiempos mejores, pero la victoria de ayer en el Sadar será un día que acompañará a las efemérides históricas zaragocistas.
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