Dudas

09/10/2018 @Mariluzsanchez

El Real Zaragoza logra salvar el empate frente a Osasuna y sigue la racha de cuatro partidos sin ganar

La  octava jornada de la 123 se cerraba en la Romareda y enfrentaba a Real Zaragoza y Club Atlético Osasuna, un clásico en horas bajas que sin embargo no defraudó en cuanto a la exigencia que la rivalidad entre navarros y maños conlleva.

Idiákez repitió once respecto a Albacete con la salvedad de Papu que salía de la titularidad por lesión y dejaba hueco a Marc Gual para completar la tripleta ataque junto a Vázquez y Pombo. En la defensa, Verdasca y Perone se ajustaron para mantener a raya a Brandon. El ajuste funcionó al menos los primeros cuarenta y cinco minutos.

El juego se desenvolvió en igualdad de fuerzas pero con el control subyacente de un Real Zaragoza asentado en su medular gracias a la labor de Eguaras y no tanto de Ros y Zapater que acumulan ya varios partidos de desaciertos. Cada cual a su estilo, ambos equipos repartieron ocasiones pero fue el colegiado el que generó la mejor ocasión de los visitantes. De un lance entre Verdasca y Brandon en el que no ocurrió nada irregular Sagués Ozcon inventó un penalti a favor de los rojillos que, afortunadamente, atajó Cristián Álvarez para devolver la justicia al nuevo césped de la Romareda.

Del otro lado, los blanquillos tomaron el mando y pese a la lesión de Marc Gual los que siguieron a la jugada del penalti fueron los minutos más contundentes del equipo. Culminó con el magnífico remate de cabeza ejecutado por Diogo Verdasca. El Real Zaragoza se adelantaba en el marcador antes del descanso y dejaba un buen poso que parecía que iba a reconducir la situación negativa que se arrastra en las tres anteriores jornadas.

Sin embargo, parece ser que desde la tribuna de prensa se ve mejor el juego que a pie de campo y Arrasate supo mover mejor sus recursos que Imanol Idiákez. Mientras que el entrenador de los navarros dinamizó y revolucionó a su grupo con la entrada de Fran Mérida y sobre todo de Torres, lo que bloqueó la estabilidad de la medular zaragocista, el donostiarra no encontró las piezas adecuadas para refrescar a un equipo agotado físicamente. Quitando la entrada de Soro por Gual que lo marcó la lesión de éste, el cambio de Igbekeme por Eguaras consistió en un ejercicio de predeterminación, hubiese dado igual el contexto y el cambio hubiese sido el mismo porque para entonces Brandon ya había aprovechado un error de colegiales -nunca cedas un balón entrelíneas atrás- entre Vázquez y Eguaras para empatar el encuentro.

Si bien el nigeriano aportó la capacidad de recuperación y verticalidad que le definen se encontró con un Pombo escaso, unas bandas romas y un Álvaro Vázquez desafortunado a la vez que tras de él Ros no era suficiente para el pivote y la defensa se veía superada en velocidad y posicionalmente. Fue así como llegaron las mejores ocasiones de Osasuna que rondó los tres puntos.

Con un punto y un cambio en la recamara acabó el Real Zaragoza. Con demasiados altibajos en la secuencia de juego para equipo que tenía clara la idea de juego desde inicio de temporada. Con más dudas que hace un mes y pocas alternativas para la solución. Toca trabajar y replantear estrategias pero sobre todo toca un prietas las filas para que el desánimo no ropa ilusiones.

La siguiente en Soria para reencontrarnos con nuestro viento de cara, con el que sopla del Moncayo. 

*Foto de @39gradosfutbol

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