El Málaga y el Zaragoza firmaron tablas (1-1) en un encuentro insípido, malo y que cambió cuando los dos equipos se quedaron con diez jugadores -por las expulsiones de Paredes y Weligton- y tras el que el conjunto andaluz sigue como colista al ser incapaz de ganar a un rival conservador.
Diez partidos disputados y un solo triunfo. Con este bagaje llegó el Málaga a este encuentro, trascendental e importante para salir no sólo del último puesto sino también del descenso. Un equipo malagueño muy necesitado, y algo menos el Zaragoza.
El encuentro en sus inicios fue muy similar al disputado hace quince días en el mismo escenario, correspondiente a la Copa del Rey. Dominio del Zaragoza, pero sin crear peligro, y un Málaga excesivamente defensivo, con miedo y nervioso, y sin apenas llegar a la portería contraria.
El primer lanzamiento fue del centrocampista Babic, que se fue fuera en el minuto 17. El público, desesperado, empezó a mostrar su desaprobación por el juego que desplegaba el equipo malaguista. Parece que los locales con los silbidos despertaron. Luque, tras un pase del delantero nigeriano Obinna, pudo de nivelar el marcador pero su lanzamiento lo despejó López Vallejo a córner.
Fernando volvió a tener la oportunidad de adelantar a su equipo, tras un pase de Luque por la izquierda, pero no llegó por escasos centímetros al balón, que se paseó de un poste a otro. El Málaga pasó de ser dominado a dominar y el Zaragoza comenzó a pasarlo mal en algunos momentos por su inercia conservadora, aunque la primera parte fue tan escasa de fútbol que acabó con 0-0.
Si nada cambiaba el resultado inicial parecía destinado a ser el definitivo, pero el atacante del Zaragoza Lafita fue el más listo y provocó un penalti muy riguroso, tras la salida del guardameta uruguayo Munúa. Ewerthon se encargó de marcar a los tres minutos del comienzo de la segunda parte.
Rubinos Pérez expulsó al defensa del Zaragoza Paredes por doble amarilla en el minuto 58, tras una falta, y seguidamente al central brasileño del Málaga Weligton, por una agresión dentro del área zaragozista a Goni. El partido entró en otra dimensión, caliente, pero sin juego, trabado y con dos equipos atascados y con urgencias.
Un joven debutante en el Málaga, el defensa Iván González, obró el milagro al cabecear el balón tras un saque de esquina (1-1). Quedaban diecisiete minutos para el final y el encuentro cambió por completo, aunque con cánticos de la grada contra el técnico malaguista Juan Ramón Muñiz.
El enfrentamiento entró en un momento loco. Agresiones entre jugadores de ambos equipos, una ocasión del delantero italoargentino Forestieri, que mandó fuera el esférico completamente solo, otra de Lafita, cuyo disparo repelió el poste en el tiempo añadido y una de Gabi, que no pudo conectar un pase de Ewerthon.
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