El Real Zaragoza perdió merecidamente en el José Zorrilla ante un Valladolid enrachado. Los pucelanos se adelantaron muy temprano en el marcador y dieron por buena su ventaja, sin verla peligrar debido a la falta de intensidad de los maños hasta que Óscar consiguió el segundo, sentenciando un encuentro aburrido y tedioso.
El Real Zaragoza confirma en el José Zorrilla que está pasando su primera crisis de la temporada. El conjunto que acabó el año en San Mamés no ha vuelto a aparecer en 2013. Resultados negativos (el 0-0 de la ida de la Copa se puede calificar como mediocre) y lo que es peor, practicando un juego ineficaz e inconsistente, sin generar peligro alguno, por mucho que tenga el balón en su poder. Acompañado además de fallos defensivos inexplicables.
En los últimos partidos parece que los maños les cuesta entrar en el partido y el rival, sea de la enjundia que sea, le come el terreno en los primeros minutos de partido. Contra el Valladolid no fue una excepción. A los tres minutos, Javi Guerra estrelló un balón en la madera después de que Ebert sacará un falta rápidamente, sin que nadie se percatara de la pillería del alemán. Esta jugada dejó a las claras que los avispas no tenían la cabeza en el partido.
El Zaragoza seguía sin encontrar su sitio en los primeros instantes del envite, hasta que su blandura defensiva se hizo evidente. Un buen córner sacado de esquina, fue a parar a un solitario Óscar, que remató mal, pero el balón se lo encontró repentinamente Javi Guerra al borde del área pequeña para marcar a placer y sin oposición. Los zaragocistas hicieron la estatua, y Roberto no pudo hacer nada más que quedarse perplejo ante semejante regalo.
El encuentro se le ponía cuesta arriba al equipo aragonés. Sobre todo si seguía jugando con las mismas ganas e intensidad. Sin embargo, poco a poco los zaragozanos se fueron haciendo con el balón. Montañés era el que más peligro llevaba a las inmediaciones de Dani, percutiendo por la banda e intentando poner algún centro aprovechable.
Pero tener la posesión del balón no ayudó a generar sensación de peligro; no la dio en todo el partido. Es más, a punto estuvo el ex-zaragocista Óscar de marcar el segundo, pero se entretuvo mucho y Loovens llegó in-extremis para taponar el disparo. En esa misma jugada, el holandés se lesionó. Era el tercer jugador en retirarse tocado en apenas media hora. El campo estaba demasiado blando y dejó mella en algunos futbolistas.
El primero fue Ebert, justo cuando estaba atravesando un momento único en su carrera. La salida del alemán le restó velocidad a los pucelanos. La mala suerte la padecieron unos momento después Apoño y Loovens, para cercenar aún más las posibilidades del empate. Las numerosas bajas con las que cuenta el Zaragoza, hizo que Jiménez diera la oportunidad de debutar al canterano Tarsi y darle minutos a un inédito Lanzaro.
El partido llegó al intermedio, no sin antes de que Guerra desaprovechara un rechace de Roberto a disparo de Álvaro Rubio. Los zaragocistas no ofrecieron ni un sólo argumento para pensar que en la segunda mitad se podía igualar el duelo. Apenas un remate de Postiga que se marchó a las nubes y un disparo atajado fácilmente por Dani era el peligro creado por los maños. Y siguió sin darlos.
Los de la capital del Ebro controlaban el balón, pero con esas posesiones estériles que no llevan a ninguna parte por la falta de mordiente en ataque. El Zaragoza carecía de todo. La defensa, mostró serios apuros a la hora de sacar el balón jugado si se le presionaba levemente, el juego no fluía y era lento y en ataque, faltaba versatilidad y movilidad. Los avispas se ahogaban ellos mismos al pisar el último cuarto del campo. Se echan en falta desmarques, clarividencia y saber qué hacer con la pelota antes de recibirla.
El debutante José Fernández no lo hizo mal del todo. Sube mucho la banda para darle variantes al escaso ataque zaragocista, pero debe tener cuidado con las espaldas. También hay que decir que no tenía a nadie que se las cubriera. El joven Tarsi hizo lo que pudo, aunque una fatal pérdida suya en el centro del campo pudo acabar en penalti de Abraham, que el colegiado de la contienda no lo consideró. Oriol, que fue novedad en lugar de Víctor, no hizo nada que no sepa realizar el catalán.
Peña participó mucho en el ataque y aprovechó en numerosas ocasiones el carril que le dejaban tanto Fernánez como Zuculini. El lateral vallisoletano fue partícipe en el segundo gol del Valladolid. Su desmarque hacia la línea de fondo lo vio Alberto Bueno y Peña se sacó un gran pase de la muerte para que llegara Óscar y remachara por toda la escuadra. El mediapunta hizo uno de los partidos de la temporada ante su ex-equipo, del que salió por la puerta de atrás.
La defensa avispa era un coladero. En todas las ocasiones a balón parado había un pucelano desmarcado, sin nadie encima. Tras unos partidos decentes de Pintér, el húngaro volvió a realizar una mala actuación. El único que dio la talla ante semejante desorden fue Roberto, salvando el tercero en dos ocasiones, una ante Larsson y otra al omnipresente Óscar.
Con 2-0 finalizó el encuentro. No empieza nada bien la segunda vuelta el equipo aragonés, que da la sensación de no saber a qué jugar. El tiempo dirá cómo solucionan Jiménez y sus pupilos este pequeño bache en el que parece que han entrado.
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