Leonardo Ponzio. Te vas a ir del Zaragoza como viniste y permaneciste. Sin hacer ruido, sin saldar cuentas, sin reivindicarte, sin necesidad de hacer justicia. Te vas en silencio, no quieres hacer daño ni causar incendios. Te vas y punto. Sin cacarear y dando las gracias en una rueda de prensa dirigida a los aficionados, no a los periodistas.
Los creadores de opinión, los diseñadores de falacias, andan furiosos porque no encuentran tus últimas palabras como zaragocista, pero las leen en diarios argentinos. Esos mismos que te han ninguneado, que amplificaban tus errores, que ignoraban tus virtudes, tu compromiso, tu derroche, tus prestaciones; esos mismos que ponen puntuaciones en base al número de la camiseta de cada cual, esos mismos que organizaron campañas desproporcionadas para que se renovara a algunos jugadores a cualquier precio, esos mismos que presionaron al club de manera infinita en pos del beneficio económico de sus colegas de colegueos, esos mismos que no han dicho ni mú sobre tu venta, que nunca les bailaste el agua . Esos mismos son los que también querían tajo bajo en tus últimos días en nuestro club. No pueden con tu elegancia, pero el perro siempre ladra cuando la caravana pasa.
Has sido víctima de la demagogia más pueril, del nacionalismo gárrulo e incoherente, del nepotismo, el amiguismo. Los voceros profesionales y los amateurs representativos te han calificado con saña, te han tratado con inquina y han utilizado argumentos casi xenófobos en tu contra. Unos, a conciencia, para resaltar en la comparación mentirosa a sus amigos diaquí que les conceden entrevistas todos los días y les posibilitan seguir viviendo de esto. Otros, medio manipulados medio bobalicones, con sus sueños, que se dan de bruces con la realidad, de un equipo de cantera, y que no conocen otra manera de expresarlo que denigrar al Ponzio de turno, exaltar al jugador nativo lo haga bien o lo haga mal, recitar peroratas victimistas y hacer subir y bajar la baba con los nombres de las alineaciones de los filiales, pues no conocen otra cosa de los chavales.
Y al final, quien te echará de menos será el equipo, el Real Zaragoza, porque tu venta es un error, y que se verá privado de la aportación de un jugador importante en los últimos años. Titular con Paco Flores, con Víctor Muñoz y con Víctor Fernández. Sólo te ha apartado del equipo el cambio de sistema que se hizo necesario cuando Zapater desengañó a tantos que lo veían como el Schuster del fútbol aragonés y se le tuvo que colocar a alguien a su lado que construyera algo de fútbol. Y como el fútbol tiene un fuerte componente social, el sacrificado hubo de ser el que menos ruido de sables provocara, cosas de los entrenadores sin carácter.
Te vas, buena suerte, buen destino. Como aficionado zaragocista te echaré de menos, como debatidor descansaré. Porque nunca dejé de estar empeñado en desatar la venda de los prejuicios y mostrar lo evidente. Eres un buen futbolista. Y ninguno de todos esos que tanto te odian niega que has defendido nuestro escudo como si lo hicieras por amor, que nunca se vio en ti desidia ni dejadez, ni un solo minuto, que nunca te borraste ni te escondiste, que siempre diste la cara por mi equipo y asumiste la responsabilidad que te tocó. Y sigues siendo UN BUEN FUTBOLISTA. Y por eso, el muñeco de mi hija se llamó, se llama y se llamará, siempre, el LEÓN PONZIO, le pese a quien le pese.
Copyright © 2024 Pasión Zaragocista
Desarrollo: Efor Internet + Servicios tecnológicos
Todos los derechos reservados.
Todos los logotipos e iconos son propiedad del webmaster.
Los comentarios son propiedad del que los escribe.