Los maños siguen sin carburar

26/01/2013 @xopozaragocista

EL Real Zaragoza sigue en la misma tónica negativa desde que ha empezado este nuevo año 2013. Sin capacidad alguna de crear un juego decente y con el equipo cogido por alfileres debido a las numerosas bajas, los blanquillos no supieron superar a un Espanyol enrachado con el mexicano Aguirre al mando. Está claro que habrá que sufrir durante toda la temporada, y superar el halo de negativismo que parece que impera cuanto antes.

El partido presumía ser aburrido, un tostón de los que abundan desde hace poco en nuestra Liga, con el miedo habitual de ambos conjuntos a perder. Lo normal, encontrándose en la situación clasificatoria en la que están, donde cada punto vale su peso en oro. 

Aguirre planteó un partido a la contra, buscando las cosquillas a la defensa maña. Pinter, que no cumplió las expectativas y no valoró la confianza que tiene en él Manolo Jiménez, fue el sorprendente sustituto de Apoño, cuando la mayoría esperaba ver a José Mari junto a Movilla en el centro del campo. El húngaro estuvo torpe, sin la seguridad necesaria en el medio campo para sostener al equipo.

En unos minutos parecía que se animaba el partido con las tímidas llegadas del Zaragoza, pero el Espanyol enseguida lo llevó a su terreno, durmiéndolo de nuevo. La única ocasión clara fue una de Víctor, cuyo disparo se estrelló en un defensa espanyolista cuando iba al fondo de las mallas, siendo desaprovechado el correspondiente rechace por Postiga. Se evidenció de nuevo la soledad que padece el ariete portugués arriba. Necesita que venga otro delantero por la vía rápida.

En cambio, el conjunto catalán tuvo sus ocasiones. Pero enfrente tenía al mejor jugador del envite, Álvaro González. El cántabro volvía tras un par de partidos sancionados. Y se salió. Desactivó al peligroso Sergio García, pegado en todo momento a él como una lapa, y dio la estabilidad de la que viene careciendo la zaga. Se nota ostensiblemente cuando juega o cuando no, siendo uno de los puntales de Jiménez. 

Pero no sólo el ariete ex-zaragocista llevaba todo el ataque del conjunto catalán. Simao, aunque le falta algo de fuelle y se le nota, y Stuani desequilibraron por las bandas. El uruguayo, incansable, ofreció un despliegue físico impresionante. Bajaba a defender y subía por las bandas. Suya fue la ocasión más clara del partido, pero ya adentrados en la segunda mitad. Desatendido por Abraham, el hombre de la máscara cazó un  buen centro, pero la mano providencial de Roberto evitó el tanto.

A pesar de esta ocasión, los catalanes no llegaron más. En la última media hora renunciaron al ataque. El control lo tenía el Zaragoza, pero de nada sirvió. El envite cogió la tónica de todos los anteriores en La Romareda. El Zaragoza dominando, pero con el partido muy abierto de tal manera que, a la mínima, el rival podía conseguir el gol en un contraataque. Así se han perdido numeroso puntos en el estadio de la capital del Ebro.

El preparador zaragocista dio entrada a Oriol en lugar de Pinter, lo esperado tras su horripilante partido. Con este cambio varió todo el sistema, retrocediendo a Zuculini al pivote del centro del campo y escorando a Víctor a la derecha. Un remate del mismo extremo catalán a saque de córner en el área pequeña acabó en las manos de Casilla.

Sin embargo, todo seguía igual. Reinaba el desorden en el ataque aragonés. Se avanzaba a trompicones, sin saber apenas combinar decentemente. Movilla cada día está más cansado y, junto a la ausencia de Apoño, se nota sobremanera a la hora de la creación de juego. No da esa sensación de peligro, de conjunto serio y compacto con la que finalizó en San Mamés el 2012. Falto de mordiente y agresividad.

La clara expulsión de Javi López (una de varias entradas duras que realizaron los periquitos) pareció transmitir más esperanzas a la parroquia blanquilla, pero Sapunaru se encargó de aguar la fiesta pocos minutos después, cortando una contra y viendo la segunda cartulina amarilla. Y aún peor, Zuculini se retiró lesionado de la rodilla y cojeando.

El partido llegó a su fin, desaprovechando el Real Zaragoza una buena ocasión para sacar más diferencia a la peligrosa zona del descenso y a un rival directo como lo es el Espanyol. A esto hay que sumarle la posible baja de Zuculini (otra rodilla más fastidiada) y la de Sapunaru. Sin embargo, lo único positivo que se puede sacar es que los maños le ganan el golaverage a los barceloneses. Pero mucho han de trabajar para superar este pequeño bache. 

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