Por impago de la ficha de diciembre
El Real Zaragoza es un equipo sin rumbo. Después de pasar varias temporadas caminando sobre el alambre mientras coqueteaba con el descenso, acabó perdiendo la categoría en medio de rumores que acusaban a Agapito Iglesias de haber amañado partidos supuestamente. Meses después, el club aragonés no ha conseguido encontrar el camino ni en el ámbito institucional ni en el deportivo. Bien es cierto que el undécimo lugar les aleja del peligro de la zona más baja, pero el Real Zaragoza está lejos de parecer un equipo de fútbol. Y en medio del desorden, la denuncia de Paredes, José Mari y Movilla por impago podría ser la gota que colme el vaso en La Romareda.
Las gradas del estadio municipal lucen desangeladas en cada cita del equipo con una afición hastiada incluso de señalar a los culpables. El zaragocismo no ha dudado a la hora de recriminar la actitud de determinados jugadores que se supone llegaron para liderar y llevar las riendas del Real Zaragoza y, precisamente, algunos de los destinatarios de las críticas han sido los elegidos por el club para salir en el mercado de invierno. Al parecer, los planes del equipo zaragozano pasaban por desprenderse de aquellos jugadores con las fichas más altas para reforzar la plantilla con lo ingresado y el alivio económico de no tener que hacer frente a los sueldos más altos. Y es ahí donde entran en escena José Mari, Movilla y Paredes.
Tal y como informó Heraldo de Aragón a finales de diciembre, el Real Zaragoza ha apostado por la austeridad y la reducción al mínimo del gasto de personal. Basándose en esta política, Jesús García Pitarch, director general, comunicó a los tres jugadores anteriormente citados que debían salir de la entidad zaragocista cuanto antes. El objetivo era alcanzar un acuerdo amistoso que, de momento, no se ha producido teniendo en cuenta las denuncias interpuestas por José Mari, Movilla y Paredes por el impago de la nómina correspondiente al último mes de 2013 y el primer pago de sus correspondientes fichas anuales que vencían el pasado 31 de diciembre.
La comisión de la LFP y la AFE decide
En el club ha sorprendido el movimiento ya que el pago estaba previsto para el próximo 7 de enero. Además, hay que tener en cuenta que el Real Zaragoza está sometido a ciertos controles económicos después de haber superado el concurso de acreedores en el que se vio inmerso. Al parecer, el club estaría expuesto a un castigo económico que decidiría la comisión mixta de la LFP y la AFE dentro de una semana. Un contratiempo con el que la desgastada salud económica del Real Zaragoza no contaba.
A la vista de los acontecimientos, la
Asociación de Futbolistas Españoles
ha emitido un comunicado en el que recuerda que
“no tolerará que se pongan en juego los derechos
contemplados en los contratos de los jugadores, especulando con la posibilidad de realizar modificaciones contractuales unilaterales por parte del club o posibles despidos con el fin de realizar nuevas contrataciones a costa de ello, cuando todos los contratos de las presentes plantillas fueron visados y aceptados por la Liga dentro de su control económico que encontró el respaldo total del CSD. AFE espera
que la Liga actúe con la debida responsabilidad y penalice
a aquellos clubes que no respetan los compromisos laborales suscritos con sus futbolistas”.
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