Ni Del Cerro Grande pudo amargarnos el fin de sem

05/10/2011 admin

Ni DelCerro Grande pudo amargarnos el fin de semana by Dinho

Un nuevo desplazamiento y, como no, los Presentes al pie del cañón. La distancia no era mucha pero, inexplicablemente, la afición zaragocista no parece estar mucho por la labor de viajar. Y, como siempre que vamos a la zona del Levante, tocó ir a pasar el fin de semana a Castellón (ya que vamos pocos, nos aliamos con los vecinos que no pueden ver a nuestros rivales).

Al poco de salir de trabajar, el mismo viernes, José, Chinche y Carlos ya estaban en mi casa dispuestos para recogerme y emprender el camino. Lo primero, una parada en el pueblo de José para saludar a sus primos y tomar las primeras cervezas del día (no penséis mal, que el conductor cumplió con la ley y se refrescó el gaznate únicamente a base de Coca-cola) y estirar un poco las piernas. La noche se iba echando sobre nosotros a los largo del camino y ya con el sol puesto llegamos a Villarreal. Directos al hotel donde se alojaba el Real Zaragoza para seguir tomando cervezas en compañía de más familia de José.

Una vez saludada a la familia se nos había hecho tarde y era momento de ir a buscar a Cyril a la estación y de ir a cenar. Si en el último viaje os hablé de cómo nos trata Carmen cada vez que vamos por Tres Cantos, ¿qué puedo decir de Mari Ángeles, la dueña del restaurante al que vamos siempre a cenar en Castellón? Más que como una hostelera nos trata como si de nuestra propia madre se tratase. Un lujo. Con ella nunca nos falta de nada para estar a gusto. Sus bocadillos de longaniza y sus paellas hacen las delicias de cualquiera que los pruebe.

Una vez con el estómago lleno era el momento para reunirnos con más amistades de José en Castellón y de conocer los entresijos de la noche de esa ciudad. El alcohol corrió por nuestras manos hasta que nos pudo el agotamiento y decidimos retirarnos a dormir y coger fuerzas para el día tan intenso que se nos venía encima el sábado.

Por supuesto, nadie nos encorría, así que lo de madrugar ni nos lo planteamos. Con calma, nos fuimos despertando poco a poco y bajamos a desayunar. Menos José, que es más de apurar hasta el último minuto para dormir. En la pastelería donde tomamos el primer bocado del día por fin nos reunimos con Ivan, Jeni, Rubén y Miryam, que se incorporaban al viaje. Desayuno, vermouth y, estando en la Comunidad Valenciana, paella como mandan los cánones. Una delicia. Y es que, como bien sabéis, somos peñistas por algo: Por ponernos las botas comiendo, no para animar a nuestro equipo ni nada de eso.

Una vez se acabó la deliciosa paella partimos a Villarreal. Unas cervezas, paso por taquilla y directos a lo más alto de El Madrigal, a la 'pecera'. Una verdadera vergüenza, indigno trato de un anfitrión para su visitante. Las bigas de la cristalera hacen que te pierdas una buena parte del campo en cualquier punto de la zona visitante. A parte de eso, buena animación, entretenido partido y un punto que sólo la actuación arbitral hizo que nos supiera mal.

La noche después del partido sólo quedábamos por Castellón Cyril, Carlos, José y yo. Tras cenar y tomar algo en una terraza se rindió Carlos. Pero los otros tres valientes nos dejamos llevar una vez más por la algarabía de la noche y nos dimos a las bebidas espirituosas hasta que agotados por la tensión del vivida durante el encuentro decidimos marcharnos en busca del abrazo de Morfeo. Eso sí, al llegar a casa Carlos ya estaba durmiendo y había que despertarlo para que nos abriera la puerta. Yo ya me veía durmiendo en la calle, pero tras un montón de timbrazos y llamarle al móvil, por fin respondió y nos dio paso.

El domingo era el día de volver. Como siempre, sin madrugar. Algo que se tomó muy en serio José, que parecía empeñado en no regresar a Zaragoza. La diversión del día fue ver como es capaz de dormir en su sofá en unas posturas que ni el mejor de los contorsionistas lograría realizar. ¡Y se despierta sin dolores! Tras comer y despedirnos de Mari Ángeles, emplazándola a nuestro próximo desplazamiento a la zona del Levante, dejamos a Cyril en la estación y retornamos a nuestros hogares tras un fin de semana genial que ni el nuevo robo arbitral logró amargarnos.

CUESTIONARIO:

Precio de la entrada: 25 euros aunque, teniendo en cuenta la mala visibilidad, me parece hasta caro.



Ubicación en el campo: En uno de los fondos, arriba del todo, metidos en una cristalera que dificulta mucho la visión. Indigno.



Relación afición rival fuera del campo: Correcta. No hablamos con mucha gente, pero todo correcto.



Relación afición rival en el campo: Allí arriba en la 'pecera' no pudo haber ningún tipo de relación.



Comportamiento de nuestros jugadores con la afición desplazada: Saludaron en todo momento.

Nº de seguidores zaragocistas: Unos 70-80.



Comportamiento de nuestra afición: Bastante animosos para los pocos que estábamos y dispersos en una grada tan grande.

FOTOS:

   

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