Las casualidades en este mundo del fútbol pueden darse una o como mucho dos veces en un periodo corto de tiempo. Pero al final, lo que vale es el trabajo bien hecho, las ideas claras y el talento. En todos los ámbitos. Talento en el campo y fuera de él.
Los planes a medias, las prisas, el todovale, el tirar por la calle del medio, la vía más rápida y el camino más corto pueden salir bien, pero las más de las veces salen mal. Otras veces, MUY mal.
En este Zaragoza nuestro (que no se olviden los politicastros ni los neo-constructores, que es NUESTRO), hemos ido viendo como lo que empezó siendo un soplo de aire fresco, se ha convertido en una pesadilla cada vez peor y ha desembocado en una pésima realidad de la que nos gustaría despertar. El aire fresco se llevó la ranciez del anterior dueño, pero ha traído un clima de cutrerío y picaresca ladrillil que estamos viendo que suele terminar mal.
El "proyecto" agapitiano empezó con bríos y tuvo la suerte de contar con un entrenador que nos devolvió a la UEFA vía liga, cosa que no se conseguía desde hacía un mundo. Pero pronto empezaron los caprichos del "señorito", los "imperiosos" del soriano y los desplantes. El dueño se creyó rey del mundo, pensó que todo valía también en esto del fútbol, que era el más listo de la clase y que todo lo que le ha valido en el mundo de los negocios era aplicable al fútbol. Mal aconsejado, endiosado y torpe, se ha rodeado de una cohorte de funcionarios, que funcionan con libretas de un folio y con 3 nombres de representantes que les venden lo que quieren.
Imperioso tiró por la calle del medio, y decidió nuevamente que el camino más rápido era lo fácil. Un entrenador de prestigio, un entrenador experimentado, un entrenador libre. Sin pararse a buscar, sin pararse a pensar, cogieron el primer nombre que llamó a su puerta, obviando lo que es este club, y pensaron que un amarrategui nos iba a salvar fácil.
De mal en peor.
La tercera solución salió de la lógica. Si el amarrategui no funciona, uno con mala leche y encima de la casa (=barato). Parecía funcionar. Pero el mal ya estaba hecho. Cuesta abajo y sin frenos.
A segunda a la primera. Del 6 al 18 en un año. De record.
Ahora, planteando la vuelta a primera a la primera, la idea es renunciar de nuevo a todo, volver a perder la identidad en aras del resultado.
Algunos aplauden con las orejas el fichaje de un entrenador que basa su fútbol en la presión y en el orden defensivo. Otros aplauden con las orejas por que es el entrenador de moda.
Lo sencillo, lo fácil, el camino del medio. Dinero. Y los aplaudidores contentos.
Ojalá salga bien. Por nuestro bien, por el de NUESTRO equipo.
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