02/01/2008
admin
Un día cualquiera en la concentración argentina en el Mundial de México de 1986. Diego Armando Maradona y Jorge Valdano al término de un entrenamiento se quedan los dos solos sentados en el césped en un córner opuesto a la esquina donde estaban situados los periodistas. La discusión versaba sobre si los periodistas sabían o no de fútbol, opinión favorable de Valdano y contraria de Maradona ya que alegaba que si no habían jugado al fútbol, por tanto, no sabían. Y para ello el astro argentino ideó una prueba “científica” a la cual el ex zaragocista no opuso resistencia, al contrario, la aceptó como palmaria.
El examen para determinar si los periodistas sabían o no de fútbol consistía en mandarles un balón hasta la esquina donde les aguardaban para entrevistarles y esperar si devolvían el balón con la mano o con el pie. Si lo hacían con el pie sabían y si lo hacían con la mano, no. Y así lo hizo Maradona, mandando de un suave toque con su exquisita zurda un balón que se posó después de rodar suavemente, a unos 10 metros de los periodistas. El más avispado de los junta letras dio unos pasitos hacia delante, cogió el esférico con la mano y con una especie de semi saque de portero se lo devolvió a Diego, y éste se apresuró a espetar: “Ves, Jorge, los periodistas no saben de fútbol”, para responder el espigado delantero: “Diego, te han devuelto el balón con la mano porque le daba vergüenza al ser vos quien sois”. Para responder el “pelusa”. “Si yo me encuentro en una recepción en la casa rosada del Presidente del Gobierno Argentino, rodeado de ilustres autoridades, vestido con un smoking blanco y de repente se cuela por la ventana un balón embarrado el cual se dirige hacia mi, lo paro con el pecho y lo devuelvo con el pie, porque Dios manda que a una pelota hay que pegarle con el pie”.
Valdano, oído el maravilloso razonamiento de Maradona solo le quedaba esta respuesta “Tenés razón” y alzando la mirada a los chupa tintas exclamó: “lo siento Señores Periodistas, nunca mas volveré a confiar en ustedes”.
Comprar un periódico este verano, todos sin excepción, era un ejercicio de valor toreril sin precedentes. Era tal la limpieza de bajos que realizaban los supuestos periodistas alabando todos y cada uno de los fichajes y decisiones que realizaba la Secretaría Técnica de nuestro Real Zaragoza, es decir, Víctor Fernández, que me causaban hasta sonrojo. Esos maravillosos titulares, esos brindis al sol, esa falta de profesionalidad sin pararse ni un momento a analizar si eran buenos o malos jugadores, si eran necesarios o no, si había duplicidad, triplicidad o hasta septuplicidad en su puesto, era patética. El lema era “maricón el que menos aplauda y palmee”. ¿Y ahora? Ahora da asco leeros, periodistillas de pacotilla. Abres el Heraldo y los Paco “Soberbio” Jiménez y Tafalla se desdicen de las tontadas escritas con anterioridad, compras el Perdiódico de Aragón y el “Veleta” Alfonso Hernández, otrora analista comprometido, pide la cabeza y saca todos los trapos sucios del cestero cuando en verano fundó la peña “Palmeros sin fronteras” con artículos históricos dando su bendición a la confección de la plantilla y para amplificar este desmán estaba un Diario Equipo desatado, pero este periódico aun tiene perdón porque es el “sensacionalista”, aunque el Pedro “Poeta” Bellido este, mas le valdría buscar un escondrijo donde meterse.
Como decía el maestro José María García: “para la cinta”, es decir, no quiero comentar lo de las radios, todas sin excepción y las televisiones, todas sin excepción, excepto el único medio independiente y ecuánime de esta ciudad, Canal44, que ya dio su opinión de que esto era un desastre. Por cierto, el único medio que trata el tema económico con tanta dedicación como el deportivo, error en el que caen todos, el no informar a los oyentes zaragocistas que para fichar Aimares y Ayalas decadentes o vendes a Canis y Militos en pleno auge o te endeudas, no hay mas.
Porque si los aficionados al club del león se tomaran la lectura de las opiniones vertidas, ojo no confundir opinión con información, por este coro rociero en sus periódicos, como quien lee “Morir de glamour” de Boris Izaguirre, pues perfecto, pero es que resulta que hasta en foros de internet, sesudos y rimbombantes foreros las repiten.
Señores Periodistas, nunca mas volveré a confiar en ustedes.
Un saludo.