Tres puntos en el buen camino

22/10/2012 @Mariluzsanchez

Una crónica de Anjuel & Salduie

Ayer, el Real Zaragoza mostró su versión más completa. Dio fluidez a un estilo de juego que si bien no es vistoso y atractivo sí que es eficaz.

Al inicio de la tarde en el estadio de Los Cármenes, los chicos de Manolo Jiménez se plantaron con sobriedad en el campo, decididos a ejercer una presión total sobre los jugadores rojiblancos. Agresivos en la recuperación del balón y verticales en el ataque, al juego blanquillo le otorgó sentido la diestra de José María Movilla que a sus 37 años y con esos poquitos centímetros de altura se hizo muy grande en la medular para distribuir el juego. Para ello encontró grandes aliados en Montañés y Víctor Rodríguez, además de en un apagado aunque peligroso Apoño.

Arriba, esperaba como cada jornada Postiga que esta vez sí que encontró el apoyo solidario de sus compañeros así como el toque de balón prodigioso de Víctor. De esta manera, en el minuto tres tan sólo, fue el portugués quien se encontró franco para el remate de cabeza un balón cruzado por el barcelonés desde la izquierda en un saque de falta. El cero a uno levantaba la alegría y la esperanza zaragocista que últimamente agoniza para lograr la victoria en esta temporada.

El menudo extremo criado en la Masía se convirtió en el protagonista de la tarde. Es brillante ver maniobrar en el césped a un jugador que con una evergadura mínima consigue dar grandeza al fútbol de este equipo. Desborda y mima el balón en los pases, ya sean en corto o centros bombeados milimetrados, a la vez que no tiene miedo a encarar la portería rival. Quizás su presencia ha cerrado el avance de jóvenes canteranos zaragocistas pero desde luego hay que descubrirse ante la valentía y profesionalidad de un chaval que vino para jugar en segunda B y que ahora mismo deleita a la Romareda con su juego y no se achanta en campo rival. Gracias por venir, Víctor y gracias por templar  el interior de tu diestra para encajar en las redes el pase de Abraham. En una jugada casi calcada a la del primer gol en cuanto a trayectorias pero sin el factor del juego estático, el Real Zaragoza colocaba la tranquilidad en el luminoso granadino cuando sólo llevábamos 28 minutos de partido.

¿Y por detrás? Ayer fue un día distinto. La presencia de Loovens en el centro de la defensa y la ineficacia ofensiva de los alpujarranos no concedió mucho margen para el habitual error defensivo maño. Tanto Sapunaru como Abraham ocuparon con solvencia y pocas alegrías los laterales, mientras que Paredes y el debutante holandés tapiaban la frontal de Roberto.

Sin embargo, como esto es el Real Zaragoza y la felicidad absoluta la vende cara, no todo sería tranquilidad y dominio. En la segunda parte, el desgaste físico fue comiendo terreno a la clarividencia técnica. El centro de campo perdió el control que Jiménez trató de recuperar introduciendo a José Mari por Zucculini y el ataque se quedó agostado a la vez que las líneas daban un pasito atrás. Todo lo positivo que los blanquillos habían mostrado hasta ahí se fue achicando según pasaban los minutos y no pudieron resistirse a ofrecer un nuevo fallo defensivo de libro en la defensa de un córner. Éste fue aprovechado por El Arabi para firmar el uno a dos definitivo y para apurar los nervios zaragocistas que acabaron pidiendo la hora.

Al final aparecieron las sombras pero ganaron las luces en un encuentro a domicilio en el que se denotó falta de fondo físico y buenas maneras a partes iguales. Así, con este bagaje toca esperar la etapa reina de esta temporada en la que tras medirnos al Sevilla, visitaremos el Bernabeu, recibiremos al Deportivo de la Coruña y acabaremos frente al Barça en su territorio. Esperemos que el optimismo destilado ayer no se evapore antes de diciembre.

Ficha del partido:

Granada CF: Toño; Nyom (Ighalo, m.52), Siqueira, Íñigo López, Borja Gómez; Iriney, Mikel Rico, Torje (Angulo, m.60), Jaime Romero (Juanma Ortiz, m.13); Orellana y El Arabi.

Real Zaragoza: Roberto; Sapunaru, Abraham, Loovens, Paredes; Movilla, Apoño, Víctor (Edu Oriol, m.85), Zuculini (José Mari, m.60); Montañés y Postiga (Javi Álamo, m.90).

Goles: 0-1, M.03: Postiga. 0-2, M.28: Víctor. 1-2, M.76: El Arabi.

 

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