Un punto más para el ascenso

25/10/2015 @Mariluzsanchez

Empate a cero del Real Zaragoza en su visita a Girona. Continúa la racha de partidos sin conocer la derrota y con la portería a cero.

Con la épica en el recuerdo, volvía el Real Zaragoza al césped de Montilivi, curiosamente, vistiendo de local con la zamarra blanca y el pantalón azul permitiendo al Girona estrenar su segunda equipación.
 
Con la única novedad de Dorca por Wilk en la medular, el equipo maño inició el encuentro con el mismo once titular que le ha supuesto llevar cinco jornadas invicto en el campeonato -contando el partido de ayer-, habiendo encajado tan sólo un tanto en esas jornadas. Tres victorias y dos empates, once puntos de los quince disputados. Estadísticas a favor, sin duda.
 
Los noventa minutos de anoche eran el punto número once de ese escrutinio. Y aunque lo demos por bueno en la suma, el análisis del partido deja más sombras que luces. No en vano, el capitán Jesús Vallejo resumió perfectamente al final del partido lo ocurrido al señalar que el equipo no fue capaz de dar dos pases seguidos y que su actitud fue más reactiva que proactiva. Otro dato que resume perfectamente lo ocurrido anoche en Girona es que, sin duda, el mejor de los blanquillos fue Bono.
 
Yendo al detalle, lo que sucedió fue que el equipo de Pablo Machín se armó en el centro de campo para taponar a Erik Morán y Diamanka con lo que el Zaragoza perdió la iniciativa en el juego, lo cual tampoco quiere decir que la tomase el Girona que estaba más preocupado en destruir y correr que en crear, y quedó totalmente desorientado en ataque. Ante la propuesta gerundense, Ranko Popovic fue incapaz de variar el esquema sobre la marcha, quizás no hubiese estado de más probar a abrir el juego por las bandas que al fin y al cabo es lo que el año pasado funcionó frente a un equipo que no ha variado su estilo de juego ni un ápice. Pero las bandas con Jorge Díaz y Fredi Hinestroza desertaron en la noche de ayer, ni el uruguayo ni el colombiano aportaron nada al juego, ni desborde ni centros y allí quedó aislado en el área rival Ortuño que por primera vez desde que ganó la titularidad se fue sin conseguir marcar.
 
La primera parte transcurrió con algo de inquietud en la línea de gol maña que desbarató Bono en la salida de un córner y con una jugada individual de Rico por la banda izquierda que no supo acertar con el pase atrás para Alfredo Ortuño. Bagaje de cero a cero.
 
En la segunda parte más de lo mismo e inmovilismo en los banquillos. A los de Machín les estaba funcionado el bloqueo sobre el Real Zaragoza y Popovic no veía soluciones al atasco. Tal vez, sólo tal vez, la presencia de un organizador más ágil y con las ideas frescas como Sergio Gil hubiese teñido de otro color la deriva zaragocista pero el post it -no lo consideramos ya ni libreta- del entrenador serbio no contempla tales improvisaciones. Así pues, el primer cambio fue Ángel por Jorge Díaz que si el pasado domingo se vió que el canario cayendo a banda es un jugador desaprovechado la percepción no varió en esta ocasión. El segundo relevo lo dio Wilk a Diamanka, pero las circunstancias del juego impidieron que el polaco aportase nada al partido puesto que diez minutos después tuvo que salir del campo lesionado. Precisamente la lesión vino en una jugada polémica en las proximidades del área maña, en la que Jaime Mata reclamó penalti pero, una vez aplicado el zoom sobre la jugada, se ve claramente que ni es penalti -el impacto es fuera del área- ni es falta ya que es el jugador grana quien golpea primero el suelo y luego la pierna de Wilk.
 
De esta manera, el doble pivote perdía uno de sus efectivos a falta de doce minutos para el final. Sin embargo, en lugar de aplicar el cambio natural para no tener que modificar ya el esquema, aquí sí que Popovic prefirió la entrada de Abraham en el extremo. De nuevo el catalán volvió a aportar lo mismo, es decir, nada, lo cual no le impide ser el cambio de referencia en el banquillo zaragocista.
 
Antes del final, Alcalá puso de nuevo a prueba los reflejos de Bono pero la solidez defensiva mostrada de por los cuatro de atrás -Isaac, Vallejo, Cabrera y Rico- hizo que no pasesen de la anécdota las acometidas del Girona. Quizás ese sea el factor rescatable de anoche en Montilivi, el trabajo defensivo de los cuatro que se han hecho con los galones, indiscutibles, de la titularidad. Una retaguardia que, incluyendo al portero Bono, tiene una media de edad de 22 añitos. Futuro pero sobre todo presente para el Real Zaragoza.

Para hacer bueno el empate siempre se dice que conviene sumar los tres siguientes puntos que se disputan en casa. Éstos serán contra el Élche, un posible rival directo, a la hora del almuerzo. Esperemos que el lance se resuelva de mejor manera que contra Córdoba u Osasuna. Es necesario que así sea. 

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