El Real Zaragoza se reencuentra con la victoria contra la Cultural y vuelve a los puestos de play off
Después del traspiés frente al colista un nuevo habitante de la zona baja de la clasificación esperaba al Real Zaragoza. Esta vez como visitante, en el Reino de León, y con ajustes en el once, algunos imprescindibles como la entrada de Javi Ros por Eguaras que cumplía ciclo de tarjetas otros por imperativo técnico como la vuelta de Verdasca en sustitución de Perone.
Sobre el césped la necesidad de la supervivencia de los leoneses frente a la ambición alcista de los maños. La primera mitad fue de dominio intermitente de los de Natxo González que supieron mantener a raya el ansia atacante de la Cultural. Pese a la presión local y la facilidad con que lograban llegar a los dominios de Cristián Álvarez, fueron los blanquillos los que contaron con la efectividad. Primero fue Pombo el que se emborrachó de balón con la asistencia de Borja Iglesias y en el veinticinco fue el gallego el que recibió un pase en profundidad de Javi Ros para plantarse en ventaja a la espalda de Isaac y cruzar la pelota a donde Palatsí no alcanzó a sacarla.
La ventaja en el marcador obligó a elevar las pretensiones locales lo que tensó la capacidad defensiva del Real Zaragoza, su punto débil y que hace flaquear todo el engranaje. Por esta vez no se rompieron las costuras del traje hecho a medida de este equipo a base de prueba y error.
En la segunda mitad los cambios obligados por lesión que habían sacado a Buff del campo y dejado a Papunasvhili como opción de enganche menos lúcida que la que ofrece el suizo, además de devolver al carril derecho a Delmás para sustituir a Alberto Benito. La última media hora del partido se convirtió en un trabajo de aguante por parte de los zaragocistas pese a la superioridad numérica por la expulsión de Zuiverloon cuando frenó la internada de Papu y que hizo que la ocasión de gol se perdiese en la timidez ofensiva de Julián Delmás. La expulsión de Grippo igualó la contienda para los últimos quince minutos de juego. Los últimos minutos sólo dieron de sí para que Mikel González ajustase la ausencia de central y para el tremendo golpe que recibió Javi Ros en la cabeza y que alargó el partido cinco minutos sobre el noventa.
La resistencia es parte de la victoria, saber guarecerse del vendaval y aprovechar arriba las ocasiones y este Real Zaragoza ha demostrado en Pamplona y León que también sabe jugar a chica. Falta tirar el órdago al final de temporada.
La siguiente mano la reparten en la Romareda el sábado. A las seis de la tarde. A seis puntos de distancia. Obligados a consolidar la trayectoria.
Se puede. Se quiere. Se debe.
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