El Final del Verano…

22/09/2014 @zaragozaPZ

Como decía la famosa canción del Dúo Dinámico, se acaba este verano extraño y atípico, sobre todo por todo lo vivido en el Real Zaragoza a lo largo del mismo.

Finalmente Agapito Iglesias debido en gran parte a la presión a que se veía sometido, apareciendo en prensa todos los días como imputado y al que extrañamente desde que vendió no se le nombra para nada, se decidió a deshacerse de su paquete accionarial. Y lo hizo a lo grande. Como no, como todo lo que ha hecho en el Real Zaragoza desde que llego. No podía venderlo de manera discreta y sin hacer ruido, no. Había que montar un espectáculo digno de las esperpénticas comedias italianas de los años 50 y 60.

No todo ha sido culpa suya, evidentemente. Al lamentable espectáculo se han sumado otros actores que han puesto su nota de color también en el asunto. El árabe que luego no existía. La llegada de los comisionistas, que solo buscaban hacer negocio poniendo lo mínimo posible. El escandaloso y tormentoso asunto de Qadeer, todo lo que monto en redes sociales, las concentraciones en la puerta de las oficinas del club, las manifestaciones y como llego a manipular a un importante sector del zaragocismo, prensa incluida, que creyó en el, o quizás creyeron en las personas que lo acompañaban. Personas que quiero pensar no actuaban de mala fe, pero que desde luego demostraron que poco o nada se habían informado acerca de quién era este señor y de que posibilidades reales tenia de hacerse con el club y de garantizar su solvencia. Pese a este inmenso error, voluntario o no, han recibido homenajes y el reconocimiento de una parte del zaragocismo, algo que a mí al menos, me sorprende y mucho, pues pocos meritos veo para dicho merecimiento.

Finalmente apareció la Fundación 2032 y salvo al club de una desaparición que se presentaba inminente.

El zaragocismo, entendiendo como tal no solo a la afición sino también a la prensa, radio y televisión de esta ciudad, tras todo lo vivido en estos años, debería de haber aprendido unas cuantas lecciones, pero me da en la nariz que poco o nada hayamos aprendido.

El Real Zaragoza es lo que es. Un equipo mediano, aunque para mí siempre haya sido el más grande. Hecho siempre con plantillas de retales y saldos que de muy cuando en cuando conseguía algún título, un equipo formador de jugadores y que cuando despuntaban se vendían dejando plusvalías con las que aun acumulando deuda, manteníamos el negocio abierto. Esa ha sido nuestra realidad y una gran parte del zaragocismo ha vivido en los últimos años de espaldas a ella. Se renuncio a nuestra Historia y a nuestro pasado y así nos ha ido.

Llego la familia Solans y fue la época más prolífica en títulos, pero aquello sabia a poco. Nadie se quería dar cuenta de que estábamos en inferioridad frente a nuestros rivales. Aquí no había televisión autonómica ni dinero público, ni todo aquello que si disfrutaban la mayoría de nuestros rivales. Pese a ello, dos Copas de España, una Supercopa, otras dos finales de Copa, una Recopa de Europa y la posibilidad real de ganar una Liga en la última jornada.

Y todo aquello nos sabía a poco. Queríamos más. Queríamos ser grandes, la Champions en la Romareda, me hubiera gustado ver cuanta gente pagaba el precio de esas entradas, quizás los mismos que pagaron el mini abono para la liguilla de la UEFA, cuatro gatos. Porque hay que ser grandes, pero el dinero que lo ponga el dueño, que para eso es rico.

Y llego Agapito. Y se acabaron las estrecheces. Con el llego la abundancia. Fichajes de estrellas, venidas a menos, pero estrellas. Nombres y más nombres, millones de euros y más millones que nadie se preguntaba de donde iban a salir. El Real Zaragoza no generaba ingresos para mantener ese tren de vida, pero nadie reparaba en ello. Ni la prensa, complice principal de Agapito cuando llego, ni por supuesto la afición.
El equipo bajaba a segunda y en vez de contener el gasto, previendo la considerable merma de ingresos, se gastaba todavía más y más. Pero nadie decía nada, más bien al contrario, todo eran aplausos y loas al dueño.

Cuando llego el batacazo ya era tarde. De golpe la gente despertó del sueño. El club estaba arruinado. El fantasma de la concursal, de la liquidación, la deuda multiplicado por dos o por tres en tan solo cuatro años. La creación, año tras año, de la peor plantilla de la Historia ¿Y como habíamos llegado a eso?

Empezó la fractura social. Los que habían aplaudido y jaleado al soriano y su manera de gestionar el club, se volvieron sus más encarnizados enemigos. Ya no aplaudían, ahora estaban en contra de el, y lo que es peor, en contra de aquellos que no secundaban sus protestas ni hacían lo que ellos querían.
Tras todo esto, parece que no hemos aprendido nada. Hace dos meses no teníamos ni presente, ni futuro. Estábamos abocados a no poder empezar a competir esta temporada. Gracias a la Fundación y toda la gente que está detrás de ella, tenemos equipo, tenemos club y de momento tenemos presente y algo de futuro. Esperemos que ese futuro acabe garantizado, como poco, durante otros 83 años más. Pese a todo lo vivido, en vez de apoyar, algunos siguen poniendo palos en las ruedas. Oyéndolos o leyéndolos, me pregunto si no hubiera sido mejor que el club desapareciera y ver que decían entonces.

Yo sinceramente solo puedo tener palabras de agradecimiento para quienes con su trabajo y su dinero han dado presente y futuro a mi equipo, para toda la gente que forma parte de la Fundación 2032. Fui crítico con Agapito desde su llegada porque aquel cogió un equipo con una gran plantilla y un club con futuro. Estos han cogido una autentica rémora, una ruina a la que les va a costar mucho trabajo y mucho dinero volver a dar vida. Y entre todos deberíamos de ayudarles a ello.

Para terminar, quisiera hacer desde aquí un homenaje. Un merecido homenaje a todos esos aficionados que pese a todo, han permanecido fieles al equipo en los malos momentos. A esos aficionados que han renovado su abono durante todos estos años de mucha pena y ninguna gloria. Esos sí que han demostrado ser zaragocistas. Y lo que es peor, demostrando tan gran compromiso por estos colores, han sido insultados y criticados por ello. Cómplices y agapitistas por seguir arropando al equipo y pagando un abono para ayudar a que el club siguiera vivo.

De verdad que si alguien merece un homenaje por su zaragocismo es toda esta gente y lo único que han recibido son críticas e insultos. Que gran injusticia.

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