El Real Zaragoza y su patrimonio histórico y cultural

Decía Don Mariano Jose de Larra, que a veces se escribe para nada, y así me he sentido yo también al decidirme a escribir este artículo, ¿servirá para sensibilizar al aficionado zaragocista?, ¿encenderá un acalorado  debate entre el zaragocismo? O mejor todavía… ¿lo leerá algún responsable de nuestro club y ello le impulsara a actuar?

Todo empezó una gélida tarde de invierno, cuando, estando en el local de la federación de peñas, con la finalidad de adquirir una entrada para realizar un desplazamiento, que por cierto tan bien organiza la mencionada federación,  pude observar como por doquier se podían apreciar trofeos y recuerdos menores, que eran el registro material del enfrentamiento de nuestro club con otros equipos, enseguida relacione este sorprendente hallazgo con el deplorable estado del museo, donde casi peor que el deficiente estado de mantenimiento, es la caótica disposición de sus piezas, la ausencia  de toda lógica expositiva,  y la amarga sensación de hallarnos ante un mero almacenaje de piezas  para simplemente cubrir el expediente, en fin, un “museo” carente de vida, y tan solo atractivo por lo significativo de los grandes trofeos allí expuestos o bien si  el visitante fuese acompañado por alguien que pudiese ordenar y articular un discurso coherente entre tanto caos y desorden. Y para terminar últimamente pude observar  la pagina “somos leyenda” con la que el Real Zaragoza parece que pretende  recuperar y perpetuar su memoria histórica, digo que parece y que lo pretende porque  en mi opinión no lo consigue, y si bien tiene merito la puesta en marcha de una página de estas características y sin duda podemos observar algún dato y algún material de interés, al igual que con el museo, su estructura no es la más adecuada, su orden lo es aún menos y su funcionalidad un tanto escasa, por lo menos en su pretensión de archivo histórico y de soporte del registro material de la Historia de nuestro real Zaragoza.

Toda esta concatenación de circunstancias me llevo a preguntarme si realmente al Zaragoza le interesa su patrimonio historico y cultural, si le interesa su sistematización, su catalogación, su recuperación y su posterior puesta en valor a través de formulas imaginativas. En definitiva, si está dispuesto a acometer una intervención verdaderamente científica sobre este patrimonio.

Históricamente se ha demostrado que no ha sido así, tal y como se ha argumentado anteriormente,  y lo que nos depare el futuro es realmente incierto, aunque si el camino lo marcan las redes sociales y la “realidad virtual” (somos leyenda) estaremos equivocando a mi juicio el camino, podemos, como en Matrix, tomarnos la pastilla azul y construir un relato, acientífico, momentáneo y difuso basado en lo que se diga en  el entorno de lo virtual o bien tomarnos la pastilla roja y abordar de forma científica el estudio del patrimonio histórico que se pueda recuperar todavía. ¿Cómo?, pues como hemos ido comentando a lo largo del escrito, recuperando, catalogando, restaurando, sistematizando y difundiéndolo de una forma tangible y original ¿con que objetivo? Con uno muy simple, preservar y proteger este legado para las futuras generaciones de zaragocistas y para que pueda ser objeto de estudio y sobre todo fuente de experiencias emocionales para aquellos que los usen, disfruten o visiten, ardua, pero posible misión y más que posible necesaria, pues todos vemos como a nivel estatal solo cuentan dos o tres equipos la política hacia el resto es la de la “Damnatio Memoriae”, es decir, simplemente no existimos. EL Real Zaragoza debería tomarse en serio este asunto, pues estamos hablando,sencillamente, de definir lo que somos.

Como muy bien he comentado al principio, hay veces que se escribe para nada, espero que esta no sea una de ellas, pero mientras tanto permítanme que mi estado de ánimo sea como el de Rick Blaine en Casablanca, la de un cínico descreído.